¿Qué es un neuromito?



Hoy en día maestros, psicólogos y otros profesionales de áreas a fines, se cuestionan, dialogan y reflexionan sobre investigaciones realizadas a partir de nuevos descubrimientos en el ámbito de la neurociencia.
Un neouromito se produce cuando una idea falsa sobre el funcionamiento del cerebro se difunde a la sociedad usando conceptos que parecen ser científicos, pero en verdad son seudo-ciencia, es decir, no está comprobado científicamente (Acevedo, 2016).
La Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (OECD, 2002); citado por Castillo (2015), investigó sobre los neuromitos y los definió como una malinterpretación intencional o no intencional, de los hallazgos de la neurociencia en las investigaciones que se han realizado sobre cerebro en el contexto de las aulas y escuelas en general. Es decir, estas interpretaciones erradas se producen principalmente en campo de la enseñanza aprendizaje que realizan los maestros.
En este sentido, un neuromito, es una concepción equivocada sobre el funcionamiento cerebral y los procesos mentales de los estudiantes, que se produce por un malentendido, una mala interpretación de datos científicamente establecidos para justificar el uso de la investigación cerebral en la educación y otros contextos. 
El problema radica en que, muchas veces esta mala información es tomada por cierta y genera desinformación especialmente entre los docentes de aula que trabajan diariamente con niños y adolescentes.
   
Pallarés-Domínguez (2016), sostiene que la neuroeducación enfoca a los neuromitos como falsas ideas, creencias, interpretaciones o extrapolaciones que han llegado y se han instalado en la opinión pública a pesar de haber sido invalidadas y no aceptadas por la neurociencia, de acuerdo a las investigaciones realizadas. Esto quiere decir que, en ocasiones, los maestros, no se preocupan por indagar si alguna afirmación relacionada con el funcionamiento del cerebro es válida o no, a nivel científico.

El doctor en Psicología, Paulo Barraza, investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile; citado por Acevedo (2016), sostiene que los neuromitos en educación avanzan y se multiplican porque se basan en anhelos o sueños de grupos sociales, como por ejemplo, “enseñar mejor” o en el deseo de una “educación individualizada o personalizada”, que podría estar de moda. Sin embargo, lo que en realidad está ocurriendo es que existe un gran desconocimiento sobre los procesos del cerebro humano.

Howard-Jones (2014; citado por Varas-Genestier, Ferreira, 2017) sostiene que el problema radica en la dificultad de transferir el conocimiento de neurociencia en las aulas de educación superior y ello ha provocado la aparición de una serie de neuromitos, que se trasladan al aula de clases de niños y adolescentes, tales como:




  • Usamos solo el 10% de nuestro cerebro
  • Los alumnos aprenden mejor si se les enseña de acuerdo a su estilo de aprendizaje
  • Algunas personas “usan más” un hemisferio cerebral –derecho o izquierdo- que el otro.





Galli (2016), adiciona dos neuromitos 
·    Es necesario enseñar a los niños de acuerdo de acuerdo al estilo de aprendizaje que poseen para que aprendan mejor. Es decir, se requiere tener en cuenta si los estudiantes son auditivos, visuales o cinestésicos.
·  Exponer a los niños durante sus primeros años a ambientes enriquecidos permite mejorar o potenciar el desarrollo del cerebro y así mejorar su aprendizaje. 


Estas creencias erróneas sobre el cerebro son ampliamente aceptadas como hechos científicos por docentes de diferentes partes del mundo y tienen su origen principalmente en investigaciones científicas que han sido malinterpretadas o sobreestimadas en sus alcances.

Es recomendable estar alertas y tener cuidado ante los “descubrimientos” que se difunden en los medios no especializados, porque generalmente se trata de interpretaciones poco precisas de los resultados de investigaciones. En este sentido, es importante ser precavidos y buscar en fuentes primarias las bases científicas de las ideas que se transmiten sobre el aprendizaje (Galli, 2016).


Referencias:

Acevedo, S. (2016). Neuromitos en educación. Abacom. Boletin Matemático. Nº 60, Año 15, noviembre 2016 Recuperado de https://www.centroccbb.cl/abacom/documentos/ABACOM_60.pdf
Castillo, C. (2015). Neurociencias y su relación en el proceso enseñanza aprendizaje. (Tesis de maestría, Universidad Católica Sedes Sapientiae. Lima. Perú). Recuperado de http://repositorio.ucss.edu.pe/bitstream/handle/UCSS/180/Castillo_Galdo_tesis_maestria_2015.pdf?sequence=5&isAllowed=y
Galli, J. (2016). ¿Hay niños visuales, auditivos y cinestésicos? El problema de los neuromitos en la interacción entre neurociencias y educación. En M.L. Andrés, L. Canet &M.M. Richards (Comps.), ¿Cómo podemos transformar nuestras escuelas? Estrategias para fomentar la autorregulación en la escuela primaria (pp. 11-20).Mar del Plata : Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Psicología. Recuperado de https://www.researchgate.net/profile/Lorena_Canet_Juric/publication/311581343_COMO_PODEMOS_TRANSFORMAR_NUESTRAS_ESCUELAS_Estrategias_para_fomentar_la_autorregulacion_en_la_escuela_primaria/links/584ea05308aed95c25097024.pdf#page=11
Pallarés-Domínguez, D. (2016). Neuroeducación en diálogo: neuromitos en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en la educación moral. Pensamiento, vol.72, núm.273 pp. 941-958. Recuperado de https://revistas.comillas.edu/index.php/pensamiento/article/view/7693

Varas-Genesteir, P., Ferreira, R. (2017). Neuromitos de los profesores chilenos: orígenes y predictores. Estudios Pedagógicos XLIII, N°3: 341-360. Recuperado de: https://scielo.conicyt.cl/pdf/estped/v43n3/art20.pdf

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