Algunos riesgos de creer en los neuromitos



Creer que los estilos de aprendizaje son relevantes para el desarrollo cognitivo  de nuestros estudiantes implica un riesgo que  debemos considerar. Utilizamos una serie de recursos y tiempo en diseñar sesiones que, según Barraza (como se cita en Acevedo, 2016), está demostrado no tienen ningún efecto. ¿Qué perdemos? Oportunidades para desarrollar aprendizajes verdaderamente significativos y esfuerzos invertidos en clasificar vanamente a nuestros estudiantes. 
Asumir que el aprendizaje es un proceso exclusivo de los más jóvenes impacta negativamente en el sistema educativo y tiene alcances de carácter social. Algunas propuestas, con el ánimo de aprovechar el máximo potencial de los niños, establecen diferencias marcadas en esta población que privilegian a algunos y rezagan a otros, considerados “flojos” o, simplemente, menos talentosos (Della Chiesa & Christoph, 2009). Por un lado, se sobreexige innecesariamente a los niños “más hábiles” y, por otro, no se consideran todas las variables que pueden influir en el desarrollo de un estudiante y, como no se presta el mismo nivel de atención, se desaprovechan oportunidades de aprendizaje para optimizar las competencias de los grupos menos favorecidos con lo que se perpetúa la desigualdad. En lo que concierne a la Educación Básica Alternativa (EBA), dirigida a jóvenes y adultos que no concluyeron su educación en la modalidad Básica Regular, los programas educativos ofertados para adultos carecen de la calidad que debería brindársele a cualquier persona que desee estudiar al margen de su edad. ¿Por qué? la EBA “no aparece como una prioridad en las políticas públicas peruanas” (Tarea, s.f.), quizá, entre muchas razones, porque seguimos con un modelo convencional centrado en el niño que no atiende las demandas de la población adulta y no privilegia la enseñanza-aprendizaje como un proceso continuo.

La sobreexigencia a los niños, como consecuencia de creer que el aprendizaje está condicionado por la edad, muchas veces, se manifiesta en la sobrecarga de tareas escolares que están impactando, según Álvarez (2019) en la generación de niños con ansiedad y depresión. En relación con la ansiedad, Bergoglia (2005) señala que se ha demostrado que existe cierto tipo de tareas (complejas y competitivas) que tienen un impacto negativo en el rendimiento de los escolares. En esa línea,  en un estudio de Barraza (2005, como se citó en Barraza & Rodríguez, 2009), se precisa que, para los estudiantes, el estrés escolar se genera por “exceso de responsabilidad por cumplir las obligaciones escolares, sobrecarga de tareas y trabajos escolares, evaluación de los profesores y el tipo de trabajo solicitado por los docentes” (p. 7). ¿Qué nos preocupa?La exposición de la salud mental de nuestros niños y adolescentes.

Para Álvarez (2019), el neuromito de la sobreestimulación está generando, por su parte, problemas de atención en los niños. Al respecto, Portero (2016) señala que los niños requieren de estimulación e interacción moderadas. Cuando la estimulación es excesiva puede generar, por un lado, procesos de estrés que interferirán en la formación y desarrollo de ciertas funciones ejecutivas y, por otro, la interrupción de los procesos de percepción y atención sostenida, dado que se obstaculiza, reiteradamente, el procesamiento y asimilación de información  (Fisher, Godwin & Seltman, 2014, como se citó en Portero, 2016). ¿Necesitamos los docentes formar parte de esta dinámica moderna de sobreestimulación a la cual ya están expuestos nuestros niños en todos los ámbitos de una sociedad de consumo? Creemos, sin dudarlo, que no. 

Finalmente, desde nuestra labor docente dirigida a futuros profesionales de la educación, otro riesgo de creer y difundir los neuromitos es, en términos de Álvarez (2019), la generación de una formación pedagógica sustentada en principios neuromitológicos, lo que supone perpetuar la divulgación y práctica de ideas que, actualmente, ya no cuentan con asidero teórico. ¿Qué nos compete? Fomentar la interdisciplinariedad y propiciar espacios para la discusión y reflexión.  


Referencias
Álvarez, A. (13 de marzo de 2019). Entrevista a Luis Miguel García Moreno. Los neuromitos en educación. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=pwZAbY279do
Barraza, A. & Rodríguez, O. (2009). Estrés de examen, variables moduladoras y reprobación escolar. Praxis investigadora ReDIE: revista electrónica de la Red Durango de Investigadores Educativos, 1, (1), pp. 5-21.
Della Chiesa, B. & Christoph, V. (2009).  Neurociencia y docentes: crónica de un encuentro. Cuadernos de Pedagogía (386) pp. 92-96. Recuperado de https://core.ac.uk/download/pdf/78543797.pdf
Portero, M. (mayo, 2016). Desarrollo del cerebro y riesgos de sobreestimulación en la infancia. Aula de infantil, (85), pp. 25-26. Recuperado de https://consejoescolar.educacion.navarra.es/web1/wp-content/uploads/2016/07/720.pdf
Tarea (s.f.). Revista Tarea N° 88, Educación Básica Alternativa: un plan para cerrar la brecha. Recuperado de http://tarea.org.pe/revista-tarea-n-88-educacion-basica-alternativa-un-plan-para-cerrar-la-brecha/




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